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Tradición Peligrosa: Los Petardos de Ashura Despiertan Preocupaciones en Marruecos
En el corazón de Marruecos, a medida que se acerca la festividad islámica de Ashura, se siente una atmósfera agridulce. Aunque la ocasión tradicionalmente conmemora la intervención divina y el martirio, en los últimos años ha surgido una tendencia preocupante que arroja una sombra sobre las celebraciones. Las calles resuenan con los agudos estallidos de petardos, un sonido que se ha convertido en sinónimo tanto de festividad como de temor.
Ashura, un día de gran significado histórico en el Islam, marca el milagroso rescate de Moisés del faraón y honra el martirio de Husayn ibn Ali, nieto del Profeta Muhammad. Sin embargo, lo que debería ser un tiempo de reflexión y alegría se ha convertido cada vez más en un período de ansiedad para muchos marroquíes, ya que el uso de petardos, conocidos localmente como "Qanboul", se ha convertido en una tradición peligrosa.
El atractivo de estos dispositivos explosivos ha demostrado ser irresistible para niños y adolescentes en todo el país. En los días previos a Ashura, los mercados callejeros zumban con compradores jóvenes ansiosos por hacerse con estos artículos peligrosos. Las consecuencias de esta tendencia han sido devastadoras, con vidas perdidas y familias destrozadas.
El año pasado, una tragedia golpeó la provincia de Settat, cerca de Casablanca, donde un joven de 17 años perdió la vida debido a la explosión de un mini cilindro de gas durante las celebraciones de Ashura. Este incidente no es aislado; niños tan jóvenes como de 13 años han sido víctimas de accidentes relacionados con petardos en los últimos años.
Las ramificaciones de esta práctica peligrosa van más allá del riesgo inmediato de lesiones o muerte. La constante lluvia de explosiones crea una cacofonía que infunde miedo y ansiedad en los corazones de los enfermos y ancianos. Las mujeres embarazadas se asustan con explosiones inesperadas, poniendo en peligro a sus hijos no nacidos. Incluso los automovilistas no son inmunes al caos, ya que las explosiones repentinas pueden llevar a accidentes de tráfico.
Bouazza El Kharrati, presidente de la Fédération Marocaine des Droits des Consommateurs (Federación Marroquí de Derechos del Consumidor), ha estado a la vanguardia de los esfuerzos para combatir esta peligrosa tendencia y subrayó la necesidad urgente de una regulación y aplicación más estrictas.
"Estamos viviendo en un estado de terror durante este período llamado Ashura," lamentó El Kharrati. "Las explosiones pueden asustar a una mujer embarazada y provocar un accidente de tráfico. Si reunimos una cierta cantidad de estos petardos y los detonamos todos a la vez, tiene el mismo efecto que una bomba."
Las preocupaciones de El Kharrati van más allá de la seguridad pública, tocando también la seguridad nacional. Señaló el potencial de estos aparentemente inofensivos petardos para ser utilizados con propósitos más siniestros, destacando la fina línea entre celebración y catástrofe.
A pesar de la legislación existente que prohíbe la importación, venta y uso no autorizados de petardos, los productos continúan inundando el mercado. El Kharrati pidió una autorización explícita de las autoridades locales para la importación y venta de petardos, insistiendo en que "Cualquiera que venda sin esta declaración debe tener sus petardos confiscados por las autoridades."
El activista de derechos del consumidor planteó preguntas sobre el aparente desdén por la seguridad pública y el bienestar, a pesar de la existencia de leyes introducidas tras los esfuerzos de su organización. Hizo un llamado al Ministerio del Interior y al Ministerio de Finanzas, que supervisa las aduanas, para que cumplan con sus responsabilidades en garantizar la transparencia y el cumplimiento de la ley.
Las preocupaciones de El Kharrati sobre cómo estos productos llegan al mercado marroquí sugieren una posible decepción en la declaración de bienes importados o actividades de contrabando. Esto plantea preguntas alarmantes sobre la seguridad fronteriza y la efectividad de los procedimientos aduaneros.
A medida que se acerca Ashura, activistas y ciudadanos preocupados exigen una acción rápida por parte de las autoridades. Piden redadas inmediatas en mercados y tiendas que venden estos productos peligrosos, priorizando la seguridad y el bienestar de los consumidores y ciudadanos.
El Kharrati señaló que, aunque los esfuerzos de aplicación estaban en su punto máximo antes de la pandemia de COVID-19, los últimos años han visto una laxitud en las represalias. Esta relajación de la vigilancia ha coincidido con un aumento en el uso de petardos entre niños y jóvenes, creando una tormenta perfecta de peligro.
La responsabilidad del cambio no solo recae en las autoridades, sino también en los padres y en la comunidad en general. Se insta a los padres a abstenerse de comprar petardos para sus hijos, reconociendo los peligros inherentes que representan. Sin embargo, la responsabilidad última recae en las autoridades para hacer cumplir rigurosamente las leyes y regulaciones existentes, reprimiendo la importación, venta y uso ilegales de estos dispositivos explosivos.
Mientras Marruecos enfrenta esta peligrosa tradición, la nación se encuentra en una encrucijada. El espíritu alegre de Ashura está en equilibrio, ensombrecido por las prácticas peligrosas que se han arraigado. Es un recordatorio contundente de que las tradiciones, por arraigadas que estén, deben examinarse y, si es necesario, modificarse cuando representen una amenaza para la seguridad pública y el bienestar.
Los próximos días revelarán si Marruecos puede recuperar la verdadera esencia de Ashura, transformándola de un tiempo de aprensión a un período de celebración y reflexión genuina. Los ojos de la nación están ahora fijos en las autoridades, esperando ver si se enfrentarán al desafío y garantizarán que las futuras celebraciones de Ashura se caractericen por la alegría y el respeto, en lugar de por el miedo y la tragedia.